¿A qué tipo de vida te están llevando tus finanzas?

¿Cuál es tu idea de una vida perfecta? si pudieras escoger, ¿qué te gustaría hacer con tu tiempo? ¿cómo pasarías cada mañana? ¿en dónde vivirías? ¿de qué personas te rodearías?

Ya sea que tu idea de una vida perfecta sea pasar todo el día en la playa, rodeado de palmeras y bebiendo mojitos o simplemente tener el tiempo suficiente para sentarte en tu balcón y escribir un libro, la realidad es que muchos de nosotros no tenemos la libertad de elegir.

De no ser que hayas tenido la fortuna de ganar la lotería o heredar una fortuna, la gran mayoría de nosotros vivimos siguiendo un modelo de vida que no nos deja mucho espacio para la imaginación: trabajamos para poder tener los medios para vivir y en muchas ocasiones sentimos que vivimos para trabajar, que la vida se nos escapa.

Desde pequeños fuimos educados para seguir las reglas del juego, para tomar el camino «seguro». «Los seres humanos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos» está de más decir que estas etapas de la vida siguen un ciclo natural y al menos 3 de ellas son inevitables. En las economía moderna, a estas 4 etapas le podríamos agregar un bloque muy grande de tiempo al que nos dedicamos a «trabajar». Pero, ¿en qué etapa tenemos la flexibilidad de tener una «etapa» de vida a la que podamos ponerle el nombre qué mejor nos parezca («viajar» por ejemplo)?

Aunque muchos amamos (ok, «amar» tal vez es un termino un poco fuerte) nuestra profesión, en muchas ocasiones el tiempo que nos queda libre para hacer (o tan sólo decidir) lo qué queremos hacer, es limitado.

¿Qué es lo que nos detiene? razones sobran, y aunque «el dinero no lo es todo en la vida», es uno de nuestros obstáculos más grandes. Muchos de nosotros nos vemos atrapados en un «Nine-to-Five» (o más bien en un «Eight-to-Six» o algo peor…) y no vemos la salida. ¿Hay otra manera de vivir? ¡claro que la hay! La forma en la que manejemos nuestras finanzas puede marcar la diferencia entre qué tipo de vida queremos tener y qué tipo de vida es la que realmente llevamos.

Aunque no hay fórmula mágica para pasar el resto de tu vida descansando bajo la sobra de una palmera y tomando agua de coco, sí que hay maneras de 1. identificar a dónde quieres llegar y 2. asegurar que logres tener los recursos (tiempo y dinero) para lograr tu meta. A veces, sólo necesitamos un «empujoncito» para empezar a movernos en la dirección correcta.

¿Y tú? ¿eres consciente del tipo de vida al que tus finanzas te están llevando?

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